La frontera nos limita y nos lleva a la muerte más temprana y perversa.
Ella la disfruta, le sonríe y le dice adiós cuando quiere.
Mientras, unas lentes le quitan visión de la vista turbia y sin objeto, le resulta complicado, difícil de entender que eso no es ella, que eso es un simple juego de luces y miradas que le hacen cambiar su vida.
La vida que ella nunca supo tener, la vida que maltratató, la vida que era su cuarta opción.