miércoles, 29 de febrero de 2012

lo que sólo ocurre en el parque

No necesito fotos para recordar qué pasó entre los dos. 

Hay cosas que son inexplicables, y nada más reconociendo eso, empiezan a tener alguna explicación medianamente razonable. No sé qué ha pasado durante este tiempo de silencio oscuro, no sé qué decir de esta desconexión conectada que de vez en cuando, aún chispea. No sé cómo explicar la vida y es por ello por lo que quizás no sepa explicar todo lo que ello conlleva, pero es así como me lo tomo, algo que estuvo, está y estará siempre a nuestro alrededor. Es parte de la vida el que ciertas piedras se crucen en el camino, es parte de la vida, que las cosas surjan de esta manera y quieras estar ahí, pero ese hilo conductor que os une sea tan débil que no te permita llegar hacia ese ente que tanto has admirado y querido, si me permiten decir, y que siempre recordarás con amplia nostalgia llorosa. De alguna manera ahora te estoy viendo y te estoy enviando, telepáticamente, claro está (algo que solemos hacer todos los días), una serie de señales diciendo que aunque hoy no veas tantas luces brillando, que ellas estarán ahí escondidas, como si de hadas de Shakespeare se trataran. Esa fantasía siempre va a existir, aunque siempre haya una Titania, entorpeciendo, o dejando las cosas pasar y fluir. 

Algo me ha hecho ser menos pequeña.