martes, 7 de junio de 2011

había química, pero más hay en una farmacia.

Quiero mirarte a los ojos
y sentir que nuestras almas están unidas por un solo corazón,
dividido en dos,
el tuyo y el mío.

Cogidos de la mano, 
forjando nuestro camino,
alentados por una pasón,
y por esa cosa que llaman amor.

Y al escucharte,
introducirme en tu mente 
y desear con tu virtud, lo que deseo vehemente.

Relajarme 
y sentir tu piel con la mía,
jugueteando y haciéndose caricias.

Hasta llegar al ardiente fuego de nuestra necesidad,
de ser uno y
nada más. 

miércoles, 1 de junio de 2011

algo me aleja de mí

Todos los días lo mismo. ¡Un atisbo de cambio! ¡Ah, no! Es lo mismo de siempre, el mismo trato, el mismo sentimiento. Intento buscar explicaciones y doy argumentos bastante plausibles que me hacen entender por momentos el por qué de las cosas. Al rato, me doy cuenta que lo único que he hecho ha sido convencerme de lo mismo. Ya está.

El problema es la necesidad, que crea la causa.

Y otra vez esperaré a que tenga el día libre, a que dedique esos instantes de su vida, mientras yo me creo que es su vida entera. Me convenzo de que no la quiero entera, pero cuando no tienes ni un pedazo te convences de que el problema es no tenerla entera. Es un bucle infinito del que no consigo salir, y no hay tecla que exista para sacarme de ahí, lo único que hay es una especie de ser humano. 

Siempre tiramos de lo que perdemos,
Siempre perdemos lo que más queremos,
Siempre tenemos lo que merecemos,
Estremecernos en los aeropuertos.