_¿Qué sucede cuando no te propones algo, cuando en tu vida lo único que importa es que las cosas salgan sin más?
_Yo te lo explico. Esa es la opción cómoda. El olvidar lo importante que son los procesos de creación, porque ahí es donde se encuentra la vida, las chispas de éstas, es lo peligroso, porque que las cosas salgan sin más es saber la realidad, la plenitud del vacío de la existencia. Por ello debes intentar llenarte de lo infinito en esa evolución, lo importante siempre es lo del medio.
_¿Por qué?
_Porque el principio siempre te lleva al final, y este te lleva a otro nuevo principio que te volverá a llevar a un nuevo final, y así sucesivamente. Sin embargo, si te metes en medio del recorrido y lo caminas y lo vuelves a caminar puedes conseguir no llegar nunca al tercer nuevo principio. Yo creo que todo es la transición, el proceso de difuminar los colores de la vida que se enganchan con otra cosa, pero sólo si tú quieres.
_Por lo tanto, ¿podré elegir sacar las cosas por mí mismo?
_Desgraciadamente todo lo que te he dicho sería lo ideal, lo onírico, pero la realidad se presenta como algo dado, que es así y que no cambia y que aunque muchas veces intentes seguir caminando, siempre llegas a un lugar. Cosa que tampoco es mala, pero sí aburrida. Lo mejor sería que te dejasen decidir, y que las opciones de la duración no te las plantasen en bandeja de plata.
_Por eso quiero caerme.
_Cuando lo hagas, disfruta de la acción de levantarte, porque cuando llegues arriba, te volverás a caer.
_Estoy de acuerdo, pero pienso que es necesario conseguir que los tres niveles sean necesarios de la misma manera, pero que el primero, no me lleve directamente al último.
_El último siempre será el primero, y el primero, siempre será el último. Sin embargo, el segundo...El segundo siempre será él mismo, siempre serás TÚ mismo.